miércoles, 21 de noviembre de 2012

A las puertas del invierno

El clima en la montaña no suele ser muy caluroso, hemos disfrutado de un buen verano pero con el paso de los días se va enfriando el ambiente. La luz del día se va acortando y la noche es cada vez mas larga. 
Muchos arboles van perdiendo la hoja, mientras que muchos otros van     cambiando su color



En esta zona nos encontramos con una altitud de 1.000 metros y rodeados de montañas de 1200 a 1600 metros, siendo el clima de tipo continental, veranos muy cortos pero inviernos demasiado largos.

Cuando nos percibimos de estos acontecimientos sabemos que estamos en otoño, a las puertas del invierno.

Según se van produciendo estos cambios en nuestro entorno, nuestra forma de vida va cambiando al ritmo de la naturaleza.

Aquellos huertos que sembramos en primavera ya dieron esplendidos frutos y en este verano han sido abundantes, quedando aún en la tierra cantidad de productos que permanecerán aguantando el invierno, como las zanahorias, espinacas, berzas, acelgas e incluso lechugas.
También podemos disfrutar en esta época de algunas flores como los claveles y otras cuyos nombres desconozco.



Dado que soy un aficionado en temas de huerta y jardín, me gusta experimentar con todo lo relacionado con las plantas, por lo cual he plantado semillero de cebollas en jardineras y así mismo de claveles con vistas a la próxima primavera.

Esta primavera pasada experimente con diversidad de plantas y flores comenzando a sembrar la semilla en botes de yogur y poco a poco en jardineras. Puedo considerar que fue todo un éxito para un principiante, especialmente con las maravillosas dalias que han durado hasta hace unos días que nos visitaron las heladas nocturnas  Para la próxima primavera ya tengo preparadas cantidad de semilla, incluso bulbos de gladiolos.

Y debo hacer hincapié en una cosa muy importante, todo ha sido agricultura biológica, siembra orgánica con abono, compost, producido en nuestro huerto.



El invierno nos va a obligar a estar mas tiempo metidos dentro de la casa, impidiendo que podamos disfrutar del entorno tan maravilloso que nos rodea. Nos dedicaremos a pasear en las horas centrales del día. Cortar leña para alimentar la chimenea que estará prácticamente todo el día encendida y evitar  utilizar la calefacción de caldera de gasóleo, combustible que se ha encarecido enormemente y muy contaminante.





Y con el invierno también llegará, aparte de frío y agua, la nieve.
Para muchos necesaria para el campo, pero con los inconvenientes de dejar incomunicados a mucha gente en los pueblos de montaña, en muchos casos durante varios días.







No todos los inviernos son iguales, algunos años hemos "disfrutado" de la nieve en exceso, ya que han caído varias nevadas seguidas impidiendo la vida cotidiana de las personas.
Creo recordar que el pasado invierno apenas vimos la nieve, cosa bastante inusual en estos lares.






La despoblación en el medio rural durante esta última década,   especialmente en la montaña, ha  sido brutal, dejando los pueblos prácticamente deshabitados durante el invierno.
En los pueblos de la montaña, por lo general, no suele existir ningún tipo de establecimiento de alimentación, ya que la población existente es escasa y de edad avanzada. 





Lo que conlleva que los que se quedan en los pueblos deban desplazarse, si tienen medios o cuentan con el favor de algún vecino, varios kilómetros, a localidades mas importantes para poder acceder a servicios básicos, médicos, escuelas, bancos, peluquería, ferretería, compras de alimentación, etc. 
Y cuando los servicios médicos son especializados se requiere en muchos casos desplazarse a la capital distante a 100 km. Y con servicios de autobús muy precarios.
Por suerte en algunos casos comerciantes como el panadero, carnicero o pescadero se desplazan regularmente por los pueblos abasteciendo de esos productos de primera necesidad. 
Nuestros políticos dicen que quieren ayudar a repoblar los pueblos, pura propaganda, porque en realidad cada día eliminan servicios, especialmente médicos y colegios, reconduciéndolos a las poblaciones mas grandes para "reducir costos".

Estamos a las puertas del invierno como clima, pero también de un invierno desolador e interminable para aquellas personas de edad avanzada que se ven solas y aisladas en pueblos de montaña donde su único acompañante es la televisión y su único medio de comunicación, el teléfono.

Pero el invierno también tiene sus ventajas, podemos disponer de tiempo para otras actividades como leer, escuchar música, pasear,   conectarnos a Intenet, aquellos que lo manejen, relacionarnos con nuestros vecinos, plantar o podar arboles frutales, o simplemente descansar.









domingo, 12 de agosto de 2012

Recuerdos inolvidables

Como es posible que con tantos recuerdos que vamos almacenando en nuestra memoria los mas agradables son aquellos que transcurrieron en los primeros años de nuestra vida ?
Al iniciar este blog tenia que ponerle un nombre y sin darme cuenta lo asocie al lugar que ocupaba mis sueños.
En cuantas ocasiones he deseado estar a la sombra de un cerezo, sentado en la hierba sin segar, contemplado la vista del embalse o algunos de los rincones sombríos que ofrece el río Castaños.


A través de los años he visto como mutaba mi tierra. En aquellos tiempos nos conocíamos todos en varias leguas a la redonda.
Recuerdo un invierno como el río Castaños a pesar de tener un embalse aguas arriba arrastraba todo lo que se encontraba en su cauce, hasta remansar en la zona llana de Retuerto, la cual  se inundaba frecuentemente con las mareas, incluso en alguna ocasión cubriendo la carretera nacional N-634 a su paso por el barrio de Ugarte.
Que tardes las de aquellos veranos en la cuales todos lo niños del barrio subíamos al Embalse, le llamábamos pantano, y al otro lado de la carretera, por el camino que lo bordeaba, nos bañábamos a pesar de los carteles de prohibición.
A la vuelta siempre teníamos a mano algún manzano o cerezo para merendar.



Cuantas cosas han desaparecido de nuestra vida, en especial la escuela de Retuerto, para quedar sepultada por el tren de laminación de A.H.V. que con la desaparición de la industria sus terrenos han sido ocupados por la Feria de Muestras.  Que lugar tan privilegiado, rodeado de arboles y sin peligro de circulación de vehículos. El mayor riesgo que corrías es que te atropellase una bicicleta.

Realmente existía el riesgo de ser atropellado por el tren minero de La Orconera que venia de la zona de La Arboleda hasta el descargadero de Luchana.  El tren que bajaba de El Regato no recuerdo que funcionase, pero si estaban las vías.


El Regato no tenia autobús y aquellos que trabajaban en la Unquinesa, Sefanitro, Altos Hornos u otras fabricas de la zona debían de desplazarse a pie durante varios kilómetros, tanto si era para entrar a las 6 de la mañana como si salían a las 10 de la noche. La entrada al trabajo se anunciaba mediante lo que denominábamos  "toque de cuerno", algo así como el silbato de una locomotora, pero se oía a kilómetros.

Existía en aquellos tiempos y mas recientemente los "txakolis"; en Retuerto en el cruce, en Gorostiza el de Monto y otro junto a la Maquinilla, donde hoy están las piscinas y antaño hubo una escuela, pero hoy todos desaparecidos.



Que fue de aquel tiempo en que las aldeanas vendían las cerezas al borde de la carretera los domingos por la tarde ?
Que las vegas de Gorostiza estaban sembradas de lechugas, las cuales a lomos de una burra se llevaban al mercado de Baracaldo para su venta;  entonces si eran productos de la tierra.

Aun recuerdo los paseos en una tarde cualquiera;  lo primero que nos encontrábamos era la fuente de Amezaga  con su chorro de agua de mineral de hierro y a la sombra de los arboles; un poco mas adelante y en algunas ocasiones un campamento de gitanos con sus carros tirados por caballos.
Donde hoy esta la entrada a las piscinas teníamos una presa en el río donde disfrutábamos bañándonos  y saltando desde arriba hacia un pozo al pie que hacia las delicias de los chavales.
A la derecha de la carretera, a la altura del pequeño túnel a Mesperusa, se veía un hombre trabajando la ladera, convirtiéndola en cantiles o  para poder sembrarla.
Este sistema de escalones es típico de la zona para poder aprovechar la tierra.



Y llegábamos a Gorostiza, donde las vegas eran aprovechadas especialmente para la siembra de la lechuga.
Existía un txakoli o merendero junto al carrejo de bolos, donde multitud de familias se desplazaban los domingos a merendar o simplemente a pasear.




El resto del camino hasta El Regato se podía hacer por la carretera o o bien bordeando el embalse por la orilla contraria a través de un camino sombreado y que hoy día esta asfaltado permitiendo un buen paseo y a los mas deportistas hacer footing. Los mas atrevidos lo empleábamos para ir a bañarnos lejos de la vista de los vigilantes de la presa.


El Regato es un remanso de paz a pesar de estar muy cerca de la ciudad. Es un  lugar de los llamados bucólico, rodeado de monte, cruzado por el río, al pie de otro embalse mas antiguo.

A partir de aquí, ya que termina la carretera, podemos continuar caminado hacia La Arboleda  o Galdames , pasando junto al embalse de Etxebarria.

Imagen de La Arboleda en invierno



Hoy todo ha cambiado, pero a pesar de la profundidad de los cambios y rodeado de un entorno agresivo,  Errekaortu sigue conservando ese espíritu de soledad, de intimidad y de paz.


En nombre del progreso nos han instalado un polideportivo y han construido urbanizaciones de chalet donde antes teníamos caseríos centenarios con maravillosas  huertas y para rematar la faena nos han atravesado con una impresionante autopista de peaje encima de nuestras cabezas.

Han bastado 60 años para cambiar todo el entorno, pero ha merecido la pena ?
Vivimos mejor ahora que entonces ?
O mas bien es solamente que vivimos a mas velocidad de lo necesario y aconsejable ?

domingo, 29 de julio de 2012

Los campanarios castellanos

Entre las muchas cosas que poco a poco van desapareciendo de nuestra vida se encuentran las campanas.
No soy un experto en el tema, solo quiero aportar lo que conozco de la utilidad de estos aparatos de producir sonidos.
Muchas personas las consideran innecesarias y procuran que desaparezcan de nuestro entorno, parece que molestan, quizás sea así cuando suenan a horas intempestivas.
Pero hoy voy a comentar el tema de las campanas de un pequeño pueblo castellano en la Montaña Palentina.






Se acercan las fiestas patronales y el pueblo se encuentra que las campanas y los soportes correspondientes se hallan  deteriorados, por lo cual y gracias al alcalde de la junta vecinal se decide proceder a la reparación de las mismas.


A la altura que se encuentran las mismas se precisa una grúa y personas dispuestas a colaborar. Una vez contratado el camion-grúa se sube al campanario a soltarlas y bajarlas con ayuda de la pluma-grúa hasta depositarlas en la caja del camión con destino al taller.
Es necesario contar con la colaboración de un metalista y de un carpintero para realizar la reparación.
Y una vez debidamente reparadas hay que volver a subirlas al campanario.
Esta labor es algo mas complicada de desmontarlas y bajarlas. Pero el personal esta animoso. A las ocho de la mañana de un sábado todos los voluntarios están en su puesto.




Es necesario personal especializado pues se requiere buenas vigas de hierro, soldadura y fuerzas para levantar las campanas y sujetarlas en sus ejes, y todo ello en el campanario, un recinto mas bien reducido.

Toda la operación precisará de bastantes horas de trabajo hasta conseguir el resultado deseado.




Estas campanas ya fueron reparadas o sustituidas hace muchos años, por estar agrietadas y no ser útiles para el fin que se concibieron; gracias a la generosidad de un vecino del pueblo.




En otra época, no muy lejana, cuando mayoritariamente el pueblo se dedicaba a la ganadería y a la agricultura como modo de subsistencia, las campanas eran un instrumento de comunicación, quizás mas efectivo y mas económico que los actuales, ni tenia cuotas de abono ni sufría saturaciones en las lineas. En aquellos años el pueblo no tenia teléfono.

Por supuesto que se utilizaban para llamar a las diferentes manifestaciones cristianas, misas, bautizos, funerales y alguna que otra boda.



Pero su uso mas habitual y diario era dar la señal de salida a la cabaña; cada mañana del año se tocaban las campanas para que los vecinos sacaran las vacas de las cuadras, después de su ordeño y al frente de uno o varios cuidadores se llevasen todas juntas a los prados a pastar hasta el medio día, repitiéndose esta operación después de la comida. La ganadería - las vacas -  solían regresar sin necesidad de ser empujadas al anochecer y cada una de ellas conocida el camino a su cuadra.

Actualmente los montes y prados están mas o menos cercados y las vacas apacientan sin necesidad de cuidadores, con lo cual y en caso de romperse las cercas o no existir, los animales se pasen por las carreteras y por el centro de los pueblos, con las con siguientes molestias de sus vecinos.




En otros muchos usos de las campanas estaba la llamada a huebra o concejo. Estas labores han desaparecido de la mayoría de los pueblos.

Cuando un pueblo precisaba limpiar sus calles, arreglar caminos, hacer zanjas para meter el agua a las casas, reparar paredes y otras muchas cosas, se tocaba a huebra y los vecinos acudían a trabajar en beneficio de todos sin percibir paga alguna. 

Dichos trabajos estaban acordados en las reuniones que se celebraban en la casa Concejo, para lo cual previamente se había avisado a los vecinos a toque de campana.
Podían y debian asistir todos los vecinos, exponer sus ideas o sus quejas y de esa celebración o junta de vecinos salían los acuerdos para realizar obras, prados a los que llevar el ganado, fechas para cerrar o abrir los prados para que pastase el ganado, quien o cuantas personas tendrían que llevar el ganado a pastar en verano en el monte, horarios para el riego de los huertos, etc...

Y nos acompañaban hasta el último suspiro, al fallecer algún vecino tocaban a muerto.






jueves, 31 de mayo de 2012

Huerto o jardín ? mejor ambos.

Han transcurrido 4 años desde que abandone la vida laboral y me pregunto como los he vivido.
Simplemente he dejado transcurrir el tiempo, mi mente se queda en blanco pensando que ha sucedido mientras el mundo seguía su curso.
El lado positivo es que todos los sucesos a mi alrededor, especialmente a mi familia, nos han sido favorables.
A finales del pasado año 2011,  la salud de mi suegro, Carlos, se vio fuertemente resentida,  ingresando en urgencias. A sus 92 años cumplidos y con una salud muy delicada se barajo la posibilidad de ingresarlo en una residencia - nombre pomposo que se da actualmente a los asilos de toda la vida -, pero dicha idea se descarto ya que no merece la vida de un hombre acabar de este modo.
Al día de hoy goza de una mejoría de su salud junto a su esposa, dentro de lo estimado a esta edad.
Para poder atender dignamente a los suegros, nos trasladamos a vivir en su entorno, casa de pueblo con terreno; y poco a poco, sin darme cuenta, con la ayuda de mi esposa, fuimos dando los primeros pasos para crear el jardín/huerto que va tomando forma.
Sembramos de césped una extensión de terreno, al que en lo mas frió del invierno plantamos a raíz desnudas 4 arboles frutales, -membrillo, manzano, peral y ciruelo-,  que han agarrado correctamente y están maravillosamente floridos.
Como la experiencia fue positiva construí un bancal para experimentar con semillas de toda índole, lo que nos lleva a que ya hemos llevado al plato algunas lechugas y espinacas.
Mas recientemente se han plantado diversas flores y algunos setos.
Y con los calores que estamos pasando, ha llegado la hora de regar.
Como todo en la vida, incluida la familia y la amistad, es necesario crear, abonar y regar para después, si  fructífera, poder cosechar buenos frutos. 





Vista parcial del jardín y el huerto a la derecha.


Riego al atardecer.

Almacenamos cientos de fotografías, tanto en papel como en formato digital, vídeos de nuestros mejores momentos y un sin fin de otras historias, pero cuando los vemos ?
Por algún sitio tengo películas en super-8, que he dedicado mas tiempo a pasarlas a formato digital que el empleado en visualizarlas, a pesar de que algunas tienen mas de 30 años.
A partir de ahora voy a probar a guardar mis "recuerdos" a través de un blog que podre visualizar de forma sencilla y al que podrán acceder terceras personas, si es que tiene algún interés para alguien.
El día a día de un jubilado sin pretensiones, pero con ilusiones.




Para iniciarme voy a  comenzar mostrando la foto de un pequeño cactus;  planta mantenida artificialmente al calor de la calefacción durante el invierno, ya que no admite el frió. A principios de primavera se coloco en el exterior, pero que hubo de regresar al calor ya que  parecía secarse. Hace pocos días una mañana y sin darnos cuenta, apareció florido, un par de flores nacían de sus vástagos y al día de hoy son docena.
Lleva unos años junto a nosotros pero  que pasa totalmente inadvertida, no llama la atención, pero hoy ha querido expresarse a través de la belleza de sus flores.
Quizás sea que voy pasando por la vida con los ojos cerrados a la belleza del corazón, juzgando lo que veo en función de su apariencia externa.