domingo, 12 de agosto de 2012

Recuerdos inolvidables

Como es posible que con tantos recuerdos que vamos almacenando en nuestra memoria los mas agradables son aquellos que transcurrieron en los primeros años de nuestra vida ?
Al iniciar este blog tenia que ponerle un nombre y sin darme cuenta lo asocie al lugar que ocupaba mis sueños.
En cuantas ocasiones he deseado estar a la sombra de un cerezo, sentado en la hierba sin segar, contemplado la vista del embalse o algunos de los rincones sombríos que ofrece el río Castaños.


A través de los años he visto como mutaba mi tierra. En aquellos tiempos nos conocíamos todos en varias leguas a la redonda.
Recuerdo un invierno como el río Castaños a pesar de tener un embalse aguas arriba arrastraba todo lo que se encontraba en su cauce, hasta remansar en la zona llana de Retuerto, la cual  se inundaba frecuentemente con las mareas, incluso en alguna ocasión cubriendo la carretera nacional N-634 a su paso por el barrio de Ugarte.
Que tardes las de aquellos veranos en la cuales todos lo niños del barrio subíamos al Embalse, le llamábamos pantano, y al otro lado de la carretera, por el camino que lo bordeaba, nos bañábamos a pesar de los carteles de prohibición.
A la vuelta siempre teníamos a mano algún manzano o cerezo para merendar.



Cuantas cosas han desaparecido de nuestra vida, en especial la escuela de Retuerto, para quedar sepultada por el tren de laminación de A.H.V. que con la desaparición de la industria sus terrenos han sido ocupados por la Feria de Muestras.  Que lugar tan privilegiado, rodeado de arboles y sin peligro de circulación de vehículos. El mayor riesgo que corrías es que te atropellase una bicicleta.

Realmente existía el riesgo de ser atropellado por el tren minero de La Orconera que venia de la zona de La Arboleda hasta el descargadero de Luchana.  El tren que bajaba de El Regato no recuerdo que funcionase, pero si estaban las vías.


El Regato no tenia autobús y aquellos que trabajaban en la Unquinesa, Sefanitro, Altos Hornos u otras fabricas de la zona debían de desplazarse a pie durante varios kilómetros, tanto si era para entrar a las 6 de la mañana como si salían a las 10 de la noche. La entrada al trabajo se anunciaba mediante lo que denominábamos  "toque de cuerno", algo así como el silbato de una locomotora, pero se oía a kilómetros.

Existía en aquellos tiempos y mas recientemente los "txakolis"; en Retuerto en el cruce, en Gorostiza el de Monto y otro junto a la Maquinilla, donde hoy están las piscinas y antaño hubo una escuela, pero hoy todos desaparecidos.



Que fue de aquel tiempo en que las aldeanas vendían las cerezas al borde de la carretera los domingos por la tarde ?
Que las vegas de Gorostiza estaban sembradas de lechugas, las cuales a lomos de una burra se llevaban al mercado de Baracaldo para su venta;  entonces si eran productos de la tierra.

Aun recuerdo los paseos en una tarde cualquiera;  lo primero que nos encontrábamos era la fuente de Amezaga  con su chorro de agua de mineral de hierro y a la sombra de los arboles; un poco mas adelante y en algunas ocasiones un campamento de gitanos con sus carros tirados por caballos.
Donde hoy esta la entrada a las piscinas teníamos una presa en el río donde disfrutábamos bañándonos  y saltando desde arriba hacia un pozo al pie que hacia las delicias de los chavales.
A la derecha de la carretera, a la altura del pequeño túnel a Mesperusa, se veía un hombre trabajando la ladera, convirtiéndola en cantiles o  para poder sembrarla.
Este sistema de escalones es típico de la zona para poder aprovechar la tierra.



Y llegábamos a Gorostiza, donde las vegas eran aprovechadas especialmente para la siembra de la lechuga.
Existía un txakoli o merendero junto al carrejo de bolos, donde multitud de familias se desplazaban los domingos a merendar o simplemente a pasear.




El resto del camino hasta El Regato se podía hacer por la carretera o o bien bordeando el embalse por la orilla contraria a través de un camino sombreado y que hoy día esta asfaltado permitiendo un buen paseo y a los mas deportistas hacer footing. Los mas atrevidos lo empleábamos para ir a bañarnos lejos de la vista de los vigilantes de la presa.


El Regato es un remanso de paz a pesar de estar muy cerca de la ciudad. Es un  lugar de los llamados bucólico, rodeado de monte, cruzado por el río, al pie de otro embalse mas antiguo.

A partir de aquí, ya que termina la carretera, podemos continuar caminado hacia La Arboleda  o Galdames , pasando junto al embalse de Etxebarria.

Imagen de La Arboleda en invierno



Hoy todo ha cambiado, pero a pesar de la profundidad de los cambios y rodeado de un entorno agresivo,  Errekaortu sigue conservando ese espíritu de soledad, de intimidad y de paz.


En nombre del progreso nos han instalado un polideportivo y han construido urbanizaciones de chalet donde antes teníamos caseríos centenarios con maravillosas  huertas y para rematar la faena nos han atravesado con una impresionante autopista de peaje encima de nuestras cabezas.

Han bastado 60 años para cambiar todo el entorno, pero ha merecido la pena ?
Vivimos mejor ahora que entonces ?
O mas bien es solamente que vivimos a mas velocidad de lo necesario y aconsejable ?